Aprendí los tiempos verbales en francés en la cocina de mi prima, cuando ella iba a la universidad. Fue una mañana de un fin de semana que pasé de visita en Santiago, donde ella estaba estudiando. Mi prima vivía con varios amigos y usaban una de las mejores ideas que he visto para dejarse notas: usar los azulejos de la cocina. La cocina era un lugar por donde pasaban todos y los rotuladores de colores contra el azulejo blanco eran lo suficientemente llamativos como para que no se les olvidara nada, desde: "Nos hemos quedado sin Colacao" hasta "Me he vuelto ya a Lugo, vuelvo el domingo <3". Llegó un momento donde podías encontrar hasta apuntes de sus asignaturas. Creo que es uno de los recuerdos a los que más cariño le tengo y es por eso que lo he escogido.
1 comentario:
Creo que a pesar de ser una imagen relativamente sencilla, está muy bien ejecutada: bien la composición, con esas líneas diagonales de los azulejos que dirigen la mirada hacia la esquina superior izquierda, mientras los textos se disponen en dirección opuesta. Por otra parte, juegas con motivos casi monocromáticos y casi, casi, parece que presentas una imagen en blanco y negro. Biennn.
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