Para este reto he optado por crear una pequeñísima serie de 3 fotografías que son, en esencia una. En este encuadre cenital muestro la mesa de la cocina de mi casa, que es el centro de la interacción familiar por encima de cualquier otra cosa.
En la primera de las imágenes, la composición es equilibrada (aunque no al 100%, porque la absoluta perfección no existe, y menos en una familia) y pausada porque durante mucho tiempo el café ha sido el momento en el que los cuatro nos reuníamos en torno a la mesa para hablar y compartir el tiempo.
Las otras 2 imágenes tratan de contar y mostrar, a través de las líneas cinéticas, como cada vez compartimos, fruto de las obligaciones de la "vida adulta", cada vez menos tiempo juntos. Hasta el punto en el que muchos días no llegamos ni a estar todos juntos.