Cuándo me preguntan cuál sería mi tarde perfecta, siempre contesto: una tarde en mi sofá, con mi mantita, mi portátil lleno de series y películas, comida y si le añadimos una tarde lluviosa lucense, entonces ya hacemos un combo.
Por eso para mi, este seria el lugar que mejor me representa donde vivo. Porque no hay nadie que me saque de ahí.