Un día sales de tu casa por la tarde sin esperar nada y de repente un bofetón de luces aparecen ante nosotros. Es en este instante donde ya comienza la Navidad: los buenos propósitos, las reuniones con esos amigos que no ves desde tiempos inmemoriales, las discusiones durante esas comidas interminables con la familia...
Al cabo de otros tantos días, cuando ya estas inmerso en plena vorágine navideña vuelves a subir esa misma calle ya con otra intención: la manera de mirar ha cambiado, nuestro caminar es más volátil y nuestra panza más pesada; pero otro bofetón vuelve a recaer sobre nosotros. En una calle indeterminada, sin pleno aviso, encuentras a unos operarios que están retirando esas luces que habían cambiado nuestra percepción del mundo durante unos días.
¡¡¡ Son ellos, son ellos... no es la Navidad la que pone esas luces!!!!
La cruda realidad ante nosotros.